Después de la forma y después de Van Klimen

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“Los días que transcurren” nació como un disco, pero muy pronto se convirtió en un portal: el registro vivo de una metamorfosis, una liberación performática.
Van Klimen surgió como un avatar, una forma funcional en un entorno digital. Sin embargo, en la era del algoritmo, donde la identidad corre riesgo de volverse estática, esta forma llegó a su límite y pidió transformarse. Es aquí cuando el proyecto da un giro y declara la guerra a la forma. Van Klimen mutó de personaje a código abierto, exponiendo el mecanismo y desafiando la lógica de la sobreproducción constante.
Es un manifiesto post-internet que critica el capitalismo del branding personal, poniendo en cuestionamiento un sistema que nos presiona por tener una imagen pública para existir. En un mundo donde el artista debe ser marca y el contenido su mercancía, este proyecto hace un gesto inusual: abre la caja negra y da acceso a lo inexplorado.
El arte aquí se convierte en el proceso que responde a una pregunta esencial: ¿Qué hace un artista cuando el personaje que creó ya no le alcanza?
Lo entrega.
Muta en código abierto, en manual compartido, en bitácora editable, en archivo vivo que se entrega para que otros lo continúen: en campo de juego colectivo. El disco se convierte en un portal que invita al “post-espectador” a habitar un mundo donde las cosas son diferentes, y la lógica conocida se puede romper, deformar o expandir.
La propuesta nos advierte que “tras el resplandor habitan auténticas formas de sentir”, y al atravesar el portal hay un universo lleno por explorar:


Mi lugar en el proceso fue acompañar a Iván en esta transformación, a través de sesiones creativas, desarrollo de manual de identidad y creaciones de producción audiovisual. Para mí fue un privilegio poder ser testigo y cómplice de este universo que Iván despliega y propone, de un proceso donde el disco se transforma en movimiento y la identidad se expande hasta trascender al individuo.
Estoy inmensamente agradecida por este proceso tan rico en aprendizaje, donde descubrimos el valor de crear desde la vida y no desde la ansiedad por mostrarse a uno mismo. El arte como un acto de liberación.

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Acerca de Sofía Quallito:
Mi nombre es Sofía Quallito, soy artista, realizadora audiovisual y coach de arte. Cree un espacio llamado Lilah dedicado a desarrollar e impulsar proyectos creativos, ofrecer servicios y comunidad para artistas. Mi deseo es contribuir en el proceso de la expansión creativa, facilitando que las obras encuentren su forma y lenguaje para que puedan respirar en el mundo. Porque el arte no es solo lo que se muestra, sino lo que logra abrir en quienes lo atraviesan.
@sofiaqu_@arte.lilah